miércoles, 24 de septiembre de 2008



Diciembre recibido por nadie


Miró hacia atrás, pensaba en algo que estaba en el mismo lugar en donde lo había dejado. No podía pensar en ausencia, estaba justo en el mismo lugar en donde lo había dejado. Pensó nuevamente y volvió a pensar varias veces más.
Su amigo le dio un consejo que ya le habían dado más de una vez, igual lo escuchó.
Él ya lo sabía, pero había algo en ese consejo, a esta altura con carácter popular, que no se correspondía con lo que le estaba pasando. -Cuando ya no esté te vas a dar cuenta que era importante para vos.
Pero ella estaba y puede ser que eso haya complicado las cosas.
El teléfono celular no recibe más cantidad de mensajes por el mero hecho de revisar la casilla cada cinco minutos.
Estaba y no estaba.
Esto complicaba las cosas.
Ya trataba de no mirar hacia atrás, pero Pedro tenía algo de masoquista arrepentido. Preguntaba, sufría, se recomponía y volvía a preguntar.
Ella no siempre contestaba y él insistía una y otra vez.
No estaré enfermo, se preguntaba y volvía a preguntarse.
No siempre se contestaba.
Pobre Pedro, con lo inteligente que es, no puede estar bien.
Era el comentario de sus seres queridos y de algunos a los que no quería tanto.
Hoy Boca le ganó dos a cero a River y no sufrió tanto como otras veces.
Pobre de mí pensó, necesito sufrir por River, es necesario que eso suceda, algo no está bien.
Muchas veces trató de pensar como ella, pero se llevó varias desilusiones.
Nada más difícil que plantear posibilidades ajenas.
Las cosas se le iban de las manos.
Sus manos muchas veces se dormían y soñaban que ya no eran de él.
Ella debe estar mejor que yo.
Hablaba en vos baja cuando estaba solo.
Pero nunca acertaba con sus comentarios.
Y se volvía muy cursi tratando de entender que les pasaba, porque nunca pudo dejar de usar la forma pronominal les.
Sí, esa del objeto indirecto.
No es tan grande la ciudad y para Pedro se hacía cada vez más estrecha.
Tenía miedo de mirar y encontrarla.
Los abrazos de eterno retorno le complicaban la existencia.
Pasaba varios días sin saber de ella y trataba de que las cosas fluyan.
Pero ante un hecho mínimo, ante la letra de alguna canción que nunca escucharon juntos, o un nombre escuchado al azar, ella volvía.
Y no era fácil que se vaya.

Nuevamente agradecido a Rita por sus destacadas fotos.

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