En algunos momentos imaginaba soluciones a problemas aún no planteados.
Cuando llegaban se olvidaba de esa insignificante posibilidad.
Después de un tiempo se dio cuenta que ser previsible era un mecanismo de defensa.
De defensa y justicia.
Ya estás en casa, ya estás a salvo.
Los días pasaban distraídos para él.
El tiempo lo miraba de reojo y la solución ya había sido pensada pero la memoria lo engañaba como a un niño.
Pensó que cortar su libertad le permitiría ahorrar energías mal gastadas.
Hacer la fácil no está tan mal.
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