lunes, 18 de agosto de 2008


En algunos momentos imaginaba soluciones a problemas aún no planteados.

Cuando llegaban se olvidaba de esa insignificante posibilidad.

Después de un tiempo se dio cuenta que ser previsible era un mecanismo de defensa.

De defensa y justicia.

Ya estás en casa, ya estás a salvo.

Los días pasaban distraídos para él.

El tiempo lo miraba de reojo y la solución ya había sido pensada pero la memoria lo engañaba como a un niño.

Pensó que cortar su libertad le permitiría ahorrar energías mal gastadas.

Hacer la fácil no está tan mal.

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