Le pareció que se habían complotado. Ese perfume debe ser caro, pensaba sin dejar de olerlo por todos los lugares por los que se movía. Los discos también tienen perfume y las melodías marcaban su paso. El olor de las melodías es para unos pocos.
Había veces que no podía hacer entender el placer de una buena canción, de una letra que se puede escuchar una y otra vez sin el miedo de perderse en la rutina.
La otra noche escuchó que sus palabras salían sin apuro. Palabras que sin fuerza golpeaban sin piedad. La escena ya fue actuada. Miles de extras nunca lo sabrán, nunca sabrán de su condición. Algunos protagonistas defienden su incomparable tranquilidad. Otros actúan sin respetar la voz que grita acción. Tampoco respetarán cuando la voz grite… ¡Corten! No es necesario que esa voz suene. La mirada que se ausenta en la multitud bastará para que la obra haya concluido.